lunes, 4 de mayo de 2015

5 hechos básicos y poco conocidos sobre la adopción en la Comunidad Valenciana


Amigos, familiares, conocidos, siempre hay alguien que ha adoptado en nuestro entorno.  La normalización de la adopción es muy positiva, ya no es algo que se oculte, hablamos abiertamente de ello, es un tema que se trata en foros, blogs y grupos de facebook. No obstante, no siempre es fácil encontrar información sobre aspectos básicos del proceso: los perfiles de los niños adoptables, los tiempos de espera, etc, de manera que muchas de las ideas que circulan sobre la adopción, poco tienen que ver con la realidad. He aquí algunos hechos poco conocidos o que pueden contradecir las ideas que tenemos sobre la adopción en nuestra comunidad. Si estáis en proceso de adopción o planteándoos iniciarlo, probablemente os pueda resultar de utilidad.


1. No hay miles de niños esperando una familia.

¿Cuántas veces hemos escuchado “qué difícil es adoptar, con la de niños que hay esperando una familia”? La gente confunde los miles de menores tutelados por la administración, muchos de ellos por un tiempo transitorio hasta que regresen a sus familias, con niños adoptables. Sólo una parte muy pequeña de los menores tutelados son adoptables. Niños y niñas que no pueden o no deben regresar con sus familias biológicas jamás. Estos menores raramente esperan pues hay una lista muchísimo más nutrida de familias en espera de adopción. Una vez su situación administrativa está resuelta, saldrán en adopción y habrá decenas de familias esperando para cada uno de ellos. Al año se realizan en torno a un centenar de adopciones de niños nacidos en la Comunidad Valenciana. Para niños nacidos en el extranjero los números son más variables y han venido descendiendo drásticamente en los últimos años.
  
2. La adopción nacional no es nacional sino autonómica.

Aunque hablamos de adopción nacional, la competencia está transferida y cada comunidad autónoma gestiona con normas y sistemas diferentes. Las diferencias entre autonomías pueden ser clamorosas. Por ejemplo, en lo concerniente a los tiempos de espera, la Comunidad Valenciana es la más lenta. Actualmente siguen esperando asignación familias que presentaron solicitud en 2007 (8 años de espera). Cataluña y Andalucía, por poner dos ejemplos de comunidades grandes, están asignando a las familias registradas en 2010. Tampoco la diferencia máxima de edad entre los padres y el menor es la misma: 42 años en la CV, mientras que en otras como el País Vasco, no existe un límite de edad.

3. No todos los adoptantes quieren niños sanos.

Otra idea falsa es que nadie quiere adoptar niños que presenten problemas de salud o alguna minusvalía. Del centenar de niños adoptados cada año en la Comunidad Valenciana, más de la mitad se consideran niños con Necesidades Especiales. El número de familias que presentan una solicitud de adopción abierta a una o varias de estas necesidades es muy amplio. Tanto es así que los tiempos de espera para Necesidades Especiales, siendo algo más cortos, están entre 2 y 6 años.  

 4. Los tiempos de espera más largos no son para la adopción de bebés.

Adoptar un bebé sano no es fácil, hay que armarse de paciencia y ser capaz de esperar muchos años (actualmente están en espera las familias inscritas en diciembre de 2007 y primeros meses de 2008), además de cumplir los requisitos de diferencia máxima de edad en el momento de la asignación.  Pero, aunque cueste creerlo, aún más difícil resulta la adopción de niños de más edad. Para estos perfiles sigue habiendo familias de finales de 2006 pendientes de asignación. El creciente número de familias que optan a niños de más edad es una consecuencia del aumento en los tiempos de espera y el incremento en la edad media de los adoptantes.

5. Conseguir el certificado de idoneidad no significa conseguir la adopción. 

Siendo un camino tan largo, el resultado de la adopción es incierto. Muchas familias abandonan su proyecto adoptivo en los años de espera previos a la obtención del certificado de idoneidad (para adopción nacional hasta 7 años de espera, en la actualidad). Pero es que incluso tras la idoneidad, la espera puede incrementarse por encima de los 3 años, que es el tiempo de vigencia del CI. Cada vez se dan más casos de familias a las que les caduca el certificado y deben renovarlo, lo que puede ser la puntilla final para muchas de ellas.

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